La gente normal, los otros, no aspiran a una vida tan intensa. Quizá se conformaron con lo que encontraron. No son adictos a las emociones fuertes (…) Les basta con vivir el día a día y no esperan hallar fuera lo que no tienen dentro”
(Raquel “Nosotras que no somos como las demás”)
Y como ella no voy a consentirme menos que eso, desde luego me gusta la intensidad en la vida, esas dudas existenciales pero a la vez saber que no voy a rendirme aunque la partida parezca ir en mi contra, me gusta ser traviesa, una mala-buena, con garra pero con su corazoncito… Ser necesidad mientras me peleo con cada minuto que me separa del placer. Dejarme conquistar por mil aromas incitantes y seducir preferiblemente en las distancias cortas.
Y es que a veces, no puedo evitar desear la tentación y saciar el fuego de mi urgencia porque cada minuto que me separa del placer me golpea íntimamente.
Ya ves hoy deseaba explicar el porque de tantas cosas.
**Zaira**
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